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Tantra en Veracruz: 5 claves para un renacer de placer

Tantra en Veracruz como camino a nuestras aguas profundas

Veracruz es un mar tántrico

que a muchxs les da miedo sumergirse

Voy a contar una pequeña reflexión de por qué una serie de eventos (des)afortunados me trajeron a reactivar el tantra en Veracruz:

Tiempo de lectura: 5-7 minutos

Música para acompañar: Veracruz — Agustín Lara

El chingadazo no fue solo en mi cuerpo

Cuando el coche se partió y mi vida, tal como la conocía, se hizo mierda, el golpe lo sentí en varias líneas temporales. Al final, los ligamentos sanan, las cicatrices se desvanecen, pero la herida de creer que estás rotx es más difícil de integrar. Por eso, al regresar a Veracruz, mi tierra, no lo hice solo para volver a casa. Volví para renacer.

Y en ese proceso de rearmarme como lego, mi intuición y cuerpo me pedían a gritos una cosa: tantra. Un masaje tántrico para volver a habitar mi piel, para integrar todo lo sucedido en la carretera y el desgarre emocional del viaje. Yo recordaba el puerto de una forma, una ciudad vibrante, cachonda, llena de vida. Pensé: “Aquí, donde la gente es tan cálida, seguro hay gente que entiende la puta vibra del tantra en Veracruz.”

Y pues pura verga.

Tantra en Veracruz para mujeres

Buscar tantra en Veracruz fue tan frustrante como pedirle a Santa un microhornito.

Buscaba “masaje tántrico Veracruz” y lo único que encontraba era “masajes con final feliz”. The audacity. Encontré ofertas de coito con la etiqueta de “tántrico” pegada con saliva. Y más allá de decir “eso no es tantra”, sabía que no era la terapia transpersonal que anhelaba. Cada quien su desmadre, pero cuando buscas algo profundo y te dan la puntita (literal), el desgane se siente enseguida.

El Veracruz de mi memoria era irreverente, “valeverga,” y sí, hasta promiscuo. El sexo era un cotorreo, un desmadre del que nadie se avergonzaba. Las historias de amantes, de aventuras en la playa, eran parte del folclor jarocho. Era una libertad sin tapujos, o al menos eso creía. Pero mi búsqueda reveló una capa de moralidad, de conservadurismo, tan gruesa como la quema maíz.

Resulta que el sexo está bien, siempre y cuando sea para cotorreo y en ciertos espacios. Pero si se trata de abordarlo de manera abierta, con consciencia, con intención, con el fin de integrar, entonces eso está mal. Eso es “raro”, eso es “impuro”. La sexualidad que busca un final feliz es aceptable; la sexualidad que busca un inicio feliz, un renacer, comunidad, ternura radical, tantra a pelo, es tabú. ¿Qué chingados pasó aquí? ¿Qué necesitamos para expandir el tantra en Veracruz?

Supongo que Diosita dijo “ese pinche lugar tan hermoso no puede ser tan perfecto”. La gente de Veracruz es quizás la más cálida del país (con todo y que mandamos a la verga a medio mundo… con amor); te adoptan en sus casas, te invitan a sus mesas, te sonríen en el boule. Es un calor humano que te penetra el alma. Pero esa misma calidez, esa misma espontaneidad, se congela cuando se trata de hablar de espiritualidad o de sexualidad más allá del “desvergue sin compromiso”.

Tantra en Veracruz es complejo por su doble moralidad

Es una ciudad que se enorgullece de ser sexy y fiestera, pero que al mismo tiempo es muy “mocha”.

Como si hubiera una línea invisible, una especie de regla no escrita: diviértete, pero “no te tomes la diversión en serio” (patriarcapitalismo). El pinche Madonna whore complex (la puta y la santa) y el binarismo otra maldita pinche vez. La domesticación de nuestro deseo, quizás diría Casilda Rodrigañez y me daría un abrazo (vemos).

No me sorprende que el tantra, siendo la integración, entre en conflicto con una sociedad polarizada.

Y eso me lleva a una de las frustraciones más grandes de vivir en Veracruz: el miedo a la novedad. La gente se queja todo el tiempo de que “no hay nada que hacer,” de que la ciudad crece y crece, pero todo es chupar y chupar. Cuando hay una propuesta diferente, algo que rompe el molde, la respuesta es una mezcla de indiferencia y desconfianza. Y no solo hablo del tantra en Veracruz, bebé.

En lugar de explorar curiosamente, la gente se queda en su zona de confort, alimentando el círculo vicioso de la queja. Lo vi con propuestas culturales, con restaurantes temáticos, y ahora, con el tantra. No es que no exista la necesidad, es que hay un miedo colectivo a dar el primer paso y ser juzgadx. El miedo a lo desconocido, a lo que no podemos etiquetar como “desvergue” o “final feliz.”

Qué verga te da miedo, si ya medio Veracruz te vio wakarearte todo el cuerpo en pleno antro. Horchatacruz es familia y la familia se cotorrea, pero también se le cuida.

Tantra en Veracruz como clave para romper moldes

El puerto tiene un potencial inmenso.

Una magia que la gente parece haber olvidado (¿gentrificación?). Por algo tenemos a Catemaco aquí cerca, ese lugar místico y mágico que es el corazón esotérico de México. Veracruz, con su mar, su calor y sus volovanes, es una tierra de brujxs, de rituales, de energía. ¿Cómo es que esta misma gente, con esa esencia tan profunda en su ADN, se rehúsa a explorar la sexualidad como un camino tántrico?

Pinche paradoja. La calidez, la espontaneidad, la pasión que nos caracteriza, son las mismas características que se expresan el tantra. Nos deseo aceptación y ternura para encarar que quizás ese mismo “valeverguismo” es una distracción para no adentrar en nuestro sufrimiento. Es posible “sanar” desde el gozo.

Así que, a lo que nos cruje:

5 claves para un renacer de placer con tantra en Veracruz

🔥Reconoce tu cachondez, pero también tu divinidad. No hay una sin la otra. La energía sexual no es algo que se deba esconder o usar solo para la fiesta (o para hablarle a las 3 am a ese pinche chacal). Es la fuerza más poderosa que tenemos para crear, integrar y liberarnos. Abraza esa energía sin vergüenza.

💕Date permiso de sentir. Deja de tenerle miedo al vacío. El tantra no es un acto; es una forma de estar en el mundo. Es sentir el tacto, la respiración, la mirada de alguien… darte cuenta de que no necesitas un “final feliz” para sentirte completx. El final feliz es el camino, la conexión, la comunidad en la presencia compartida.

🚷Rompe el molde de la “moralidad jarocha.” El “qué dirán” es un fantasma que te roba la libertad. Si sientes la curiosidad por explorar tu sexualidad de una forma más consciente, hazlo. ¿Deseas probar algo nuevo? Vas. Deja de quejarte de que no hay nada y sé tú la novedad. Sé el cambio. Manifiesta el tantra en Veracruz.

📢Habla de ello. El silencio es lo que permite que el conservadurismo se arraigue; gente fingiendo para gente que finge. Hablemos de nuestras cagadas, de nuestros fetiches, de nuestras frustaciones… hablemos de lo que nos excita, de lo que nos da demasiado terror, aún con la idea que nos señalen de desviadxs (ellxs son quienes desvían su deseo). Es la única forma de desmitificarlo y de que la gente se dé cuenta de que hay más opciones. Otras realidades son posibles.

Reconecta con la magia de Veracruz. Mucha gente viene aquí por algo. El puerto está lleno de esa energía caótica, pero que a su vez sana sana colita de rana. Conecta con el mar, con la brisa, con la gente. Y date cuenta de que la magia que buscas está ahí, en ti y en la tierra. Solo tienes que atreverte a ir al fondo de tus aguas más profundas.

Al final, mi regreso no fue solo recuperar mi cuerpo y corazón roto. Regresé para entender algo sobre mi ciudad, mi gente y mí mismx. Descubrí que el tantra que buscaba, siempre estuvo conmigo para compartirlo y multiplicarlo sembrando esa raíz, ese tantra en Veracruz, que no solo me puede impulsar a mí, sino a todo este puerto que amo, que tiene tanto que dar; solo necesita un abrazo para dejar de tenerle miedo a su propia magia y atreverse a renacer.

Tantra en Veracruz como un sueño cumplido

Que todo Veracruz y México se enteren:

Acerca de mí

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Quizás no soy lo que esperas, pero sí el tantra que necesitas. Las palabras quedan cortas para el caos delicioso e irreverente que encarno. Disfruto mucho bailar, el sexo anal y el arte que escuece. Soy ese suspiro profundo que das antes de decir "a la mierda, lo voy a hacer". Soy un antes y un después sagiescorpiano, así que mejor intuye muy bien si deseas acercarte aún más. ¿Qué más da? Ya nos encontramos. Besuquéate conmigo.

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