
El sexo tántrico es solo la puntita
El tantra es con todo y bolas, pies y tercer ojo
Vamos al punto (g): ¿Qué es tantra? ¡La neta!
Tiempo de lectura: 3 minutos
Música para acompañar: I feel love — Donna Summer
Vamos a quitarnos la ropa de la mente, a dejar el puritanismo a un lado y a hablar de tantra, pero a lo cabrón, sin rodeos. No es solo una moda hippie que huele a incienso y se vende en retiros carísimos. Ni una excusa pendeja para tener sexo sin control y culpar a la “energía del universo”.
No se reduce al sexo tántrico, aunque esa sea la parte más vendida y distorsionada en Occidente. El sexo tántrico es solo una expresión, una pinche capa de un sistema mucho más amplio, un universo que busca la unión de opuestos. Piénsalo como la fusión del yin y el yang, de la luz y la oscuridad, de lo “masculino y lo femenino” dentro de ti.

¿Qué es tantra? Es la presencia plena, entrega total, apertura a la experiencia sin filtros ni juicios, más allá de los que necesitas para no poner en riesgo tu seguridad o la de la persona con la que te conectas. No se trata de ser unx irresponsable, sino de ser un ser vivo, con sus sentidos, sensaciones, emociones y pensamientos.
Esta tradición tiene raíces profundas, ancestrales, que hunden sus garras en la India y otras culturas orientales, donde el tantra se ha practicado por siglos como un camino espiritual. Un camino donde la energía sexual no es algo que haya que reprimir o esconder, sino que se celebra, se eleva y se usa como una pinche catapulta para la expansión de la conciencia y el despertar del ser que eres (Jain, 2000). Es una forma de decir: “¡No mames, estoy vivx y deseo sentirlo todo, sin miedo!”.
El sexo tántrico, por su parte, es la práctica consciente de la sexualidad como energía vital, como el aliento que te da vida, el motor que te impulsa. Es hacerlo sin prisa, sin expectativas rígidas, abriendo la puerta al placer consciente que va más allá del orgasmo. No se trata de una carrera para ver quién llega primero a la meta, sino de un baile, una danza, una conexión con tu cuerpo, tu respiración y el vínculo profundo contigo mismx y con la otredad (González, 2018).

¿Por qué importa saber qué es tantra?
Porque esta “mamada filosófica” rompe con la idea de la sexualidad como algo sucio, pecaminoso o meramente mecánico. La eleva a la categoría de arte, de ritual, de “encuentro sagrado” con la vida misma. El cuerpo y la energía se convierten en la base para una transformación auténtica, profunda, que te llega hasta los tuétanos. Es dejar de pensar en el sexo como un simple desahogo y empezar a verlo como una herramienta de integración, de crecimiento y de éxtasis (Urban, 2009 & Osho, 2018).
Así que si te preguntas qué es tantra, piensa en un camino de autoconocimiento y expansión donde el sexo (entendido como la unión placentera de dos o más existencias) y la sexualidad son un lenguaje, no el fin. Tantra sería el cielo más grande que abarca todas las gotas imaginadas y por crear. Un camino donde el placer se vuelve una puerta para abrirte al goce radical de existir.
Un viaje que te enseña que no hay nada malo en sentir, en desear, en vibrar, en ser un animal salvaje y un ser divino al mismo tiempo. Es la pinche paradoja de la vida y el tantra te enseña a abrazarla, a amarla, a vivirla en cada respiración, en cada movimiento, en cada gemido.
Un poco más adentro…
¿Qué es tantra? En su esencia más cruda y real, te invita a dejar de ser un robot que cumple con un guion. Te impulsa a despertar, a sentir cada pinche fibra de tu ser. Es una cachetada con guante blanco que te grita: “¡Despierta, culona! Siente tu cuerpo. No lo castigues, no lo escondas. Abrázalo, ámalo, encárnalo como el templo que es”.
Es un camino de aceptación total. Aceptar tu cuerpo, con sus “defectos” y sus “perfecciones”. Aceptar tu mente, con sus miedos y sus deseos más profundos. Es un camino para dejar de juzgarte y empezar a amarte; a amarte con una intensidad que te hace temblar las pestañas.
¿El tantra no es para todxs?
Es para lxs valientes, para lxs que están dispuestos a dejar de lado la comodidad de la rutina y a sumergirse en el caos bendito de la vida. Es para aquellxs que no tienen miedo de enfrentarse a sus sombras, a sus monstruos internos, porque saben que solo así podrán encontrar su luz. Es para lxs que entienden que el placer no es un lujo, sino un derecho. Un derecho que te conecta con la fuente de la vida.
Si hay aliento: hay tantra para ti.

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Acerca de mí
Quizás no soy lo que esperas, pero sí el tantra que necesitas. Las palabras quedan cortas para el caos delicioso e irreverente que encarno. Disfruto mucho bailar, el sexo anal y el arte que escuece. Soy ese suspiro profundo que das antes de decir "a la mierda, lo voy a hacer". Soy un antes y un después sagiescorpiano, así que mejor intuye muy bien si deseas acercarte aún más. ¿Qué más da? Ya nos encontramos. Besuquéate conmigo.




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